Por Flavia Lima do Carmo
Profa. Departamento de Microbiología General
Especialista en innovación biotecnológica en la Agencia de Innovación UFRJ
A través de la innovación, temas como la ciencia y la tecnología se insertaron en la vida cotidiana de los brasileños. Derivado del término latino innovare, la palabra innovación significa renovar o introducir una novedad, es decir, convertir una idea original en algo de aplicación relevante para la sociedad. En este contexto, la innovación tecnológica puede definirse como la aplicación de nuevos conocimientos, que da como resultado nuevos productos, procesos, servicios o incluso mejoras significativas en algunos atributos de aquellos ya existentes. Debido a esto, la capacidad de innovar se ve como un factor determinante en un mundo globalizado. Y no hay forma de ser innovador sin darle la debida importancia al tema.
Este destacado papel de la innovación puede ilustrarse a través del trabajo del Instituto de Microbiología de Paulo Góes, donde la vacuna contra la Leishmaniasis canina, desarrollada por la profesora Clarisa Palatnik del Departamento de Microbiología General, fue patentada en 2005, convirtiéndose en la primera Tecnología UFRJ con licencia para una empresa. Otro ejemplo es "mosquitérica", una tecnología desarrollada por el profesor Malouri Cabral, que está teniendo una gran repercusión mediática al ser señalada como una forma simple y de bajo costo para combatir la proliferación del dengue. En el área de la cosmética, vale la pena mencionar los trabajos desarrollados por la profesora Alane Vermelho, como los nuevos co-hidrolizados de proteínas obtenidos de enzimas microbianas, como los hidrolizados de queratina.
También es posible resaltar las tecnologías en el área de alimentos como los huevos y jugos probióticos desarrollados por el profesor Marco Miguel, del Departamento de Microbiología Médica. En cuanto al diagnóstico, la profesora Maite Vaslin del Departamento de Virología, junto con su grupo, desarrolló la prueba molecular dirigida a la identificación y diagnóstico, in vitro, del virus responsable de la enfermedad del algodón azul (CLRDV). En el área de la microbiología ambiental, el grupo del profesor Andrew Macrae desarrolló una composición antifúngica para el control de hongos en la agricultura.
El uso del aceite de hierba de limón o su principal componente monoterpénico, citral, para controlar el proceso de biocorrosión causado por el crecimiento y la formación de biopelículas de bacterias reductoras de sulfato (BRS), también fue desarrollado por un grupo de profesores del Instituto de Microbiología (Prof. Celuta Alvino, Prof. Daniela Alvino, Prof. Ulyses Lins, Prof. Fernanda Abreu y Prof. Lucy Seldin). Finalmente, en el Laboratorio de Ecología Microbiana Molecular, los profesores Alexandre Rosado y Raquel Peixoto están desarrollando productos de biorremediadores para ambientes impactados.
Estos son solo algunos ejemplos de innovación como aplicaciones prácticas que han resultado de un proceso dinámico de investigación, implementación y combinación de ideas generadas en el Instituto de Microbiología. Más que eso, es un conjunto significativo de experiencias que dejan en claro la necesidad de desarrollar una cultura innovadora dentro de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
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